martes, 26 de agosto de 2014

Aquellos Ahora




No es muy difícil comenzar a meditar acerca de aquellos momentos que la memoria guarda como fotografías, estáticas al tiempo mismo, con algún retoque a los detalles, como si se tratara de un grano en la cara o dientes amarillos en una fotografía. Lo difícil es poder dejar de sentir nostalgia cada vez que recordamos los años dorados, cuando el tiempo parece que no pasa, los buenos momentos, aquellos ahora.

Cuando te gustaba el cine. Tendrías ocho o nueve años de edad, y cada película a la que te llevaban tus padres te impresionaba, y jugabas a ser aquellos atractivos protagonistas, que pareciera no tienen miedo a morir, a dar su vida o su muerte para salvar el mundo. Recuerda cuando te impresionó la noticia de que aquel libro que leíste en la infancia iba a ser llevado a la pantalla grande. Fue impresionante. Recuerda como empatizaste con el director Peter Jackson. De fan a fan. Simplemente separados por una pantalla. Como cada escena, cada personaje, cada momento, cada lágrima; las compartiste con muchos otros fans claro, pero sabias en tu interior que aquel el cual iba a ser el primer director de cine del que tuviste conciencia, había sentido lo mismo al leer el libro. Y que ahora en su profesión, pudo exteriorizar y transmitir a cierto público todos los sentimientos. ¡Ohh! El magnifico trabajo con la escena en la cual Gandalf cae ante la Falla de Durin, o el épico momento en el cual Elrond bautiza a un grupo de infames bestias como “La comunidad del anillo”, y como a lo largo de tres películas esas infames bestias se van convirtiendo en los héroes más respetables (ficticios) que jamás hayas podido admirar. Enanos, hombres y elfos (y Hobbits claro), trabajando juntos para destruir algo que desean tener, pero que saben que los dañará.

...

Cuando algo que lees, escuchas o ves te gusta mucho, o simplemente te causa mucha impresión, sientes la compulsiva necesidad de compartir eso con los demás. Nadie me hacia caso cuando les recomendaba a toda costa leer El Hobbit, o El Señor de los Anillos; pero cuando salio la película, parte de mi satisfacción vino cuando todos aquellos conocidos que aun no habían leído el libro o que quizá ni siquiera sabían de su existencia, probaran un poco de aquellas cosas que yo viví.

Pues los recuerdos son algo así.

Platicas de tus años dorados, porque fue una etapa de tu vida que quieres compartir con los demás. De ninguna manera quisieras hablar de tu yo actual. Digo, a pesar de que son lo mismo, y simplemente es cuestión de tu percepción de la vida.

Es hora de aprender de esos cambios, y estás a “tiempo” de presenciar uno de ellos en vivo. Uno de esos cambios que marcan un hoy, que será un ayer dorado, pero que da pauta a un nublado mañana; no necesariamente malo, pero incierto, en el cual seguramente estaré hablando de ahora mismo.

Es tiempo de poder tomar una fotografía al hoy, a este momento. Pero aprovechar la lucidez, y tomar todos los detalles, los buenos y los malos. Y con el fuego del Fénix quemar todo lo perjudicial. Pero conservar toda la ceniza, y bañarme con ella todas las noches, para que cuando este hablando de ahora mismo, sea con nostalgia, pero sin tristeza ni remordimientos.

El transcurso del cambio, el “flashazo”, ¡por supuesto que va a doler! La transformación de la carne en ceniza tiene que ser dolorosa. Y no pienso evitar el dolor.

El dolor te cambia, hace que evoluciones, que seas mejor. Sin dolor no habría cambio, porque el cambio siempre es para bien. Aquel que diga que el cambio es para mal, es aquel que no ha cambiado en nada. Es aquel que se ha quedado dormido en su jardín, jardín al cual le empezaron a crecer espinas venenosas. ¿La captaste?

Mmm, definitivamente va a doler, y quizá el dolor me deje una cicatriz toda mi vida, como la que cargó Frodo, cuando fue herido con la daga de Minas Morgul. Toda su vida tuvo que cargar con esa cicatriz, que le punzaba cada vez que estaba cerca del mal que la causo.

Pero ¿Qué no todos cargamos con esos dolores?

Dolores de una mujer cuando dio a luz. Cicatrices en el corazón, que nunca llegan a sanar. La vida misma deja cicatrices, heridas en forma de arrugas, uñas encarnadas.

El conocimiento es una cicatriz en la mente de las personas, pero no tiene nada de malo. Al contrario, es la maravilla misma.


Eisenheim68

“… Tu solo puedes decidir que hacer con el tiempo que se te ha dado. Hay otras fuerzas actuando en el mundo además del mal...” Olórin, Mithrandir, o mejor conocido como Gandalf el Gris

“… Quien no es capaz de desprenderse de un tesoro en un momento de necesidad, es como un esclavo encadenado…” Aragon, hijo de Arathorn II





sábado, 7 de junio de 2014

Test!

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La bola de Cristal



Dime preciosa gitana ¿me puedes ver en tu bola de cristal?

La gitana de nombre “Lechacmo” corre a un estante de madera con olor a musgo y viejo.

La tela

El estante está cubierto con una tela vieja deteriorada. Parecía que en otro tiempo había sido una cobija, manchada por los años; manchas que ennegrecían el ya distante color original de aquel pedazo de algodón y que eclipsaban la atención enfocándolas a ellas mismas; estas podrían ser la sangre de la primera regla de Lechacmo, o sangre derramada de sus tiempos como partera del pueblo; sudor y fluidos de viejas pasiones vertidas en sus tiempos como la más cotizada y preciada prostituta de la ciudad. No fue hasta que la mafia española controlo el negocio del sexo servicio en la ciudad que Lechacmo  tuvo que retirarse de esa la que llaman la profesión más antigua de la humanidad. La tela misma, embrujada por el tiempo, un objeto consagrado gracias al apego que Lechacmo puso en el mismo.

La poción

El polvo revolotea al momento que Lechacmo muestra el contenido del estante. Alcanzo a ver muchos frascos de diferentes texturas, colores y tamaños. Desde frascos con dedos humanoides, contenido gelatinoso con colores brillantes, hasta animales disecados, como serpientes, conejos y extremidades de cabras.

Con una destreza no típica de una vieja de su edad, Lechacmo busca frenéticamente en su estante la pócima, y segundos después la encuentra haciendo un gesto de aprobación a si misma. Se acerca de nuevo a la mesa. Sus pasos rechinan en el piso de madera que se encuentra desgastado por los años, haciendo creer que lo que rechina son los huesos de sus tobillos. Cuidadosamente toma asiento, haciendo tambalear la maltrecha silla de igualmente madera que pareciera haber sido arreglada provisionalmente con clavos y cintas en numerosas ocasiones. Lechacmo se mese en la silla de placer. ¿Estas listo para ver tu futuro?

Los tentáculos

Parte de mi atención se distrae un momento por lo que parece ser un movimiento detrás de Lechacmo. Pareciera que eran tentáculos gigantes de pulpo. El hogar (si se le puede llamar así al lugar donde atiende), está ubicado cerca de la costa, precisamente en la zona industrial donde la pesca es la actividad predominante. Cientos de almacenes gigantes que guardan pescado hacen que el ambiente del lugar tenga un olor entre salado y al punto de podrido. Quizá eso le hizo a mi mente jugarme la broma con dicha alucinación.

La Leyenda

Cuenta la leyenda que en tiempos de la gran guerra, Lechacmo, así como muchos otros niños de aquella época, fueron asesinados gracias a la masacre a manos de los primeros soldados enemigos que desembarcaron en la costa. Los cuerpos de los niños vivos y muertos fueron arrojados al mar al tiempo que la ciudad se convertía en el primer y más importante asentamiento militar del enemigo. Los pueblerinos fueron obligados a proveer de víveres a los soldados, así como a satisfacer desde sus necesidades más básicas hasta más banales. Los pueblerinos fueron obligados a en el mejor de los casos, echar el cuerpo de sus hijos,  niños pertenecientes a la “generación perdida”, al mar para no estorbar a los soldados. En el peor de los casos, eran obligados a quemar sus cuerpos, que servían de combustible para las grandes maquinarias de guerra.

Cuenta la leyenda que Lechacmo fue la única sobreviviente de la generación perdida. Aparentemente resucitada por el dios de los mares que enamorado de su ternura e inocencia, le concedió los poderes necesarios para hacer su voluntad.

No fue gracias a una estrategia militar que se ganó esa guerra, sino fue gracias a una incidencia que se expulsó al ejército enemigo de la nación. Grandes olas azotaban al asentamiento, males provenientes de las profundidades del mar enfermaban a los soldados hasta matarlos. Después de la masacre y del pacto de Lechacmo, ningún otro relativo murió. A pesar de las adversidades, solo la sangre extranjera se extinguió de las calles de la ciudad.

Después de esa trágico suceso, la economía enferma del país se reestableció gracias a la piratería que ejercían a en las cercanías. El mar siempre protegió a lo que los extranjeros denominaban ladrones, mientra que en la ciudad los reconocían como héroes. El centro de la ciudad actualmente se encuentra adornado por estatuas de mármol que personifican a los grandes piratas que salvaron a la ciudad del colapso en aquellas grandes épocas de decadencia.

La Historia

Lechacmo fue encontrada huérfana en las ruinas de la ciudad. Se registró como la única infante viva con una edad de 2 años, calculados por los burócratas. Fue enviada a un convento en la capital de la ciudad, donde fue educada y explotada por las monjas, ya que era la única niña cuya colegiatura no fue pagada en su totalidad, gracias igualmente a la impotencia económica del gobierno que prometió dicho trato.

A la edad de 12 años, fue encontrada por su supuesto tío que inmediatamente la sacó de ese convento y la llevó de regreso a la ciudad, de regreso a su preciado mar.

Allí vivió por dos años como asistente de su tío, que ejercía la profesión de contador. Sin embargo fue en esas épocas cuando unos bandidos, pertenecientes a la última generación de piratas, asesinaron a su tío, y se llevaron a Lechacmo, a pesar de los augurios, con ellos en su embarcación. Dos años después Lechacmo, (con la edad de dieciséis años), regresa caminando sobre las olas en la playa completamente desnuda, vestida únicamente con un valioso collar de perlas azules y aparentemente en cinta.

Los pueblerinos temerosos pero agradecidos, la recibieron en la sociedad, dejándola vivir en lo que anteriormente era el despacho de su tío, (y que actualmente es su hogar). Se dice que Lechacmo encontró el lugar completamente saqueado, logrando recuperar solamente las pertenencias que traía del convento en el que estuvo (incluida una cobija gris). Durante ese tiempo, mientras esperaba dar a luz, vivía cómodamente con la herencia de su tío y el favor del pueblo. El pueblo no veía muy bien a la chica, pero era benévolo más bien por lo que se contaba de ella.

El Hijo Bastardo

No pasó mucho tiempo cuando Lechacmo dio a luz. Nadie le ayudo en el parto, y Lechacmo paso a una situación de ocultamiento después de eso.

Iba a los mercados completamente tapada con un manto negro para que nadie la reconociera. A veces en las noches, se le veía caminando en los callejones húmedos de la ciudad con su hijo envuelto en un reboso, mientras supuestamente iba a las playas a reposar en la arena toda la noche. Se decían muchas cosas de su hijo; que había nacido con deformidades, que no podía pasar mucho tiempo sin respirar fuera del mar, pero realmente nadie había visto nada, por lo que no se pueden asegurar muchas cosas.

El Circo

Ese año, una peregrinación de gitanos y paganos llegó a la ciudad con una serie de festejos y demás cosas exóticas (tradición que se repetiría cada año, hasta lastimadamente comercializarse). Fue así que comenzaron los viajes de Lechacmo hacia el Oriente, fue así que se convirtió en leyenda, y que lo poco que se puede contar de ella se distorsiona gracias a los mitos y el lenguaje hablado que se pasa de generación en generación. Se dice que el año siguiente, llegó con una serie de curaciones y medicinas para su pueblo, pero de su hijo no se supo más.

Eisenheim68

martes, 27 de mayo de 2014

¿Qué Mike Patton es el mejor cantante de todos los tiempos? … Dúdenlo



¿Qué Mike Patton es el mejor cantante de todos los tiempos? … Dúdenlo


Escribo mientras termina Fighting man de Gillan; ooo, acaba de comenzar “Corpus Christi Carol, la versión de Jeff Buckley claro.

Si, hice una lista de reproducción con 28 razones por las cuales el titulo de la siguiente noticia es incorrecto:


La noticia dice que después de descubrir que el rango vocal de Mike Patton es de unas sorprendentes e inhumanas 6 octavas y media nota, tuvieron que quitarle el primer lugar de la lista al grandioso Axl Rose, y sus ahora míseras e insignificantes 5 octavas y 2 notas y media, (suena Patience de Guns n’ Roses).


Wo wo wo, esperen aun no es todo. Resulta que en la anterior lista colocaba a mi queridísima Aretha Franklin, debajo de “otros” cantantes como Kurt Cobain, Bono o Tom Yorke.

(Si no quiere malinterpretar mi sarcasmo, repase con claridad las dos notas originales)

Bueno, basta de rodeos, bromas y preámbulos. Para empezar, esta noticia vino a derramar la ultima gota del vaso con eso del “Rango Vocal”.

Entre nosotros los cantantes, y me incluyo solo porque pertenezco a ese grupo y no precisamente porque practico ese hábito, tenemos una forma muy peculiar de demostrar nuestro machismo y superioridad como si se tratara de dos chimpancés midiéndose los penes, y es el rango vocal que poseemos.

Mientras los machos comunes y corrientes aseguran que entre mas varonil, gruesa y grave tengas la voz eres mas digno de tener testículos; entre los cantantes, (o por lo menos en México así es), mientras mas aguda tengas la voz, mas pegajoso, abundante y “preñador” será el semen.

Pero a final de cuentas es la misma puerca. Lo que se busca con esta actitud pedorra es dominar, y ser el alfa de un grupo, o por lo menos de la otra persona con la que se esté presumiendo o platicando. La conducta (por favor sicólogos corríjanme si se le puede llamar conducta, je) típica de la bestia mas dotada de una manada.

Este tipo de “prácticas” nubla y distorsiona la realidad. Y la realidad aquí es que el cantar no depende de virtuosismo y capacidad; depende de sensibilidad, (comienza a sonar en mis bocinas Catch the Rainbow).

Veamos como Aretha Franklin canta Nessun Dorma.

 

Cuenta la leyenda, que en estos Grammys, el mismísimo Luciano Pavarotti iba a cantar Nessun Dorma. Desafortunadamente estaba siendo presa de un mal que terminaría por matarlo, y pues ya tenían a toda una orquesta pagada para cantar la canción, pero no tenían cantante. Fue cuando Aretha Franklin se ofreció para cantarla.

Su polémica interpretación no tiene precedentes. A pesar de que evidentemente no se había aprendido bien la canción, y que su R&B tuvo problemas para adoptar el andante de Nessun Dorma, esta señora logra transmitir los sentimientos de la orquesta con su prodigiosa y distintiva voz, y logra hacer que mi corazón se detenga un beat, así como ponerme los pelos de punta y querer pararme y aplaudirle.

Para esto si te sirve la técnica y el virtuosismo; la ciencia al servicio de la conciencia, o mas allá… el arte.

Ahora, la lista no tendría nada de malo si se llamara “Los rangos vocales más amplios de la historia”, o del mundo; el problema viene, cuando quieren enlistar a los mejores cantantes DE TODOS LOS TIEMPOS, pero según su rango vocal claro.

¡Pamplinas! No creo que la lista este cien por ciento correcta; digo, ahora resulta que Bruce Dickinson y Michael Jackson tienen la misma amplitud de voz; además de que los “fanboys” de Patton solo decidieron incluir el registro de “puerquito agonizando” y “chillido de uñas contra el pizarrón” (que se encuentran en las sextas y séptimas octavas de un piano), al primer lugar de la lista, haciendo mas que subjetivo el resultado, ya que los demás cantantes no quisieron usar mas allá del falsete o silbido para no incomodar a la gente y evitar romper los vidrios.

Ahora, supongamos que hacemos otra lista en donde se basa realmente en los mejores artistas de canto, incluyendo su trayectoria artística, su impacto cultural, su huella histórica, sus aportaciones al arte, su popularidad y claro, su virtuosismo y capacidad, porque no; pero ahora haciendo un análisis holístico con todos los puntos. ¿Podría Mike Patton conservar su primer lugar? … probablemente.

Mike Patton tiene una trayectoria musical excepcional, además de marcar a toda una generación en Faith no More; sus proyectos y colaboraciones musicales dan a entender que este personaje es un artista hecho y derecho.

Mike Patton es uno de los mejores artistas de todos, y no se equivoquen, la pedrada era contra la forma en que se hizo la lista, y contra la necedad de medirse las vergas claro.


Eisenheim 68



















P. D.: ¿Por qué Luciano Pavarotti no estaba en la lista? Fácil porque el tiene un “Registro" vocal de solo dos octavas. Ehm, ¿qué no era rango? Ahh, ¿cuál será el “Registro vocal" de los mencionados artistas? ¿Es lo mismo Rango y Registro? Jua jua jua




… Continuará

miércoles, 14 de mayo de 2014

Mi experiencia con la Guija: El Origen del Mal pt 1



Mi experiencia con la Guija: El Origen del Mal

Hoy es “Martes 13” y no podía dejar pasar la tentación de escribir algo a mi deshuesado blog.

He intentado escribir varias veces acerca de cómo de ahora en adelante y en los tres meses siguientes soy considerado un criminal, según la literatura legal sobre procesos administrativos del Estado de México.

El Estado de México, para los que no sepan, es un estado independiente de la nación denominada “Estados Unidos Mexicanos”. País en el que actualmente resido.

En fin.

Cada vez que comienzo a escribir acerca de dicho acontecimiento, termino en una serie de sollozos y llantos gracias al trauma que me causó, pero pues ya tendré lo necesario para concluir dicha historia después.

Ahora hablemos del tema principal jua jua jua…

Crestomatia




Toda la vida me han interesado las cosas que tienen que ver con el terror. Películas de zombies, vampiros, monstruos terribles y sobre todo lo que tiene que ver con los demonios.

Fue mi santa abuela la que me inició en el mundo del espiritismo.

Como cualquier niño de “antes de entrar al kinder”, hubo un momento en que la virgen curiosidad me hizo preguntarle a mi madre acerca de un hábito que había sido plantado en mi vida desde antes de tener razón. Fue el hábito de rezar.

Cada noche mi hermana, mi madre y yo, nos hincábamos en la cama, enfrente de una cruz, para hacer dos rezos a alguien superior. El objetivo del rezo, según lo que recitábamos, era agradecerle a alguien el hecho de seguir con vida hasta esa noche, y además pedirle que nos dé vida un día más.

Pero mi curiosidad se enfocaba en otra frase, cuatro palabras que cada vez que las decía, podía sentir el procesamiento de mis neuronas, rascando e intentando encontrar la respuesta a ellas…

… Líbranos de Todo Mal…

Ni siquiera la palabra “Amén” me daba tanta curiosidad como “Líbranos de Todo Mal”.

¿Qué es el mal?

A mí nunca se me hizo el juzgar las situaciones que vivo como buenas o malas. Simplemente pasaban. Si mi hermana me molestaba, yo le pegaba, entonces mis padres me pegaban a mí, y no había pasado nada malo. Simplemente era la sucesión de hechos y consecuencias; pero definitivamente, cada vez que rezaba no pedía que me libraran de esas cosas. De hecho, a esa edad, me gustaba vivir esas experiencias, y salir de ellas sano y salvo, o recibir otra “madrina” de mis padres o de la vida.

Actualmente, con un poco de madurez, sigo teniendo ese estándar en mi vida.

Líbranos de todo mal. El día que pregunte a mis padres de esa frase, después de muchos porqués, llegué a la respuesta definitiva. El origen del mal había sido gracias a un ángel que me dijeron que se llamada “Luzbel”, que gracias a su soberbia había sido expulsado del cielo, y que ahora gobierna los infiernos peleando en una guerra eterna con Dios, para pervertir cada una de sus creaciones. Esa guerra se visualiza en cada pensamiento que uno tiene, y se define la victoria en las acciones que hacemos.

Wow.

Esto no era algún monstruo creado por “Lord Zedd” o “Rita Repulsa”, era la personificación misma del Mal, y eso inició mi interés por esas cosas.

Cabe destacar que a esa edad yo aún no había visto la película del exorcista, pero gracias a una telenovela que mi abuela veía, supe lo que significaba una posesión demoníaca.

Resulta que en dicha telenovela, la mala había hablado con el diablo, y este la poseyó, o sea, se metió en su cuerpo, y aparte de dotarla de poderes demoniacos, como volar o tener la fuerza suficiente para matar a alguien con mucha facilidad, lo sorprendente era esa expresión que daba, como si ladrara, o sangrara sin estarlo, ¿me entienden? Todo lo anterior obviamente basado en la película del exorcista.

Obviamente yo le exigía una explicación a mi abuela, que terminó en toda una cátedra sobre cosas que debieron permanecer en el olvido. Desde experiencias propias, tragedias familiares, relatos de gente cercana, leyendas universales, hasta tutoriales de cómo hablar con el diablo, que para mi sufrimiento, era tan fácil como llamarlo en tu mente. A veces tenía episodios mentales en los cuales estaba, por ejemplo, dormido, y mi mente de pronto sin control comenzaba a pensar “Satán ven a mi”, repetidas veces; y yo en mi angustia trataba de parar esos pensamientos con “No’s” mentales, que sonaran mas fuerte, hasta queda agotado. Si, que bellas épocas aquellas.

La primera vez que escuche hablar de la Guija, fue porque mi abuela me dijo que una tía, que acababa de fallecer, tenía una, y que el jugarla le había traído desgracias a la familia.

¿Qué me hace intentar jugarla?

Bueno, sabiendo que me puede traer desgracias, ya de experiencia familiar, además del miedo de las películas, y sobre todo ahora, de todas las cosas que ya hay en Internet, supongo que me excuso de lo que pensaba cuando era un niño.

¿Qué pasaría si yo pudiera entablar un diálogo con el mismísimo Patas de Cabra?

Bueno, yo pensaba que si pudiera hablar con él, quizá podría hacerlo entrar en razón sobre lo que hacía, o más bien, sobre lo que hacían las demás personas. Mmm; dejando atrás el trastorno de héroe que llevo dentro, quizá lo único que tenía, tengo y supongo que tendré, es la curiosidad sobre que hay del otro lado, y el hecho de tener una herramienta que se supone hace precisamente eso, es bastante tentador.

Por eso es que abajo dejaré las notas de la sesión de Guija que realicé la noche del jueves 31 de octubre de 2013. Disfruten.

Jueves 31 de Octubre de 2013: Sesión 1

Bueno hace una semana adquirí esta Guija. Me costó 400 pesos mexicanos. Parece que está hecha de madera comprimida, un material de muy poca calidad ya que puede llenarse de humedad, pero parece resistente a largo plazo.

Son las 11 30 de la noche, y daré pie a iniciar el ritual que encontré en Taringa.

Como nota adicional, estoy jugando la Guija en mi habitación, en la casa de mis padres. Esto podría tener consecuencias desde cualquier punto de vista científico, esotérico y práctico que se quiera ver. Estoy dispuesto a enfrentar esas consecuencias.

Estoy yo solo jugando la Guija, solo acompañado de mi perro y “roomate” Jake, que se encuentra echado a mis pies.

Me dispongo a colocar el vaso en la tabla y comenzar el ritual.

-Buenas Noches, inicio la sesión. Si hay alguien aquí presente, haga notar su presencia como indicador de que puedo realizar mis preguntas.

Pasaron unos 3 minutos y el vaso de cristal comenzó a moverse.

Marcó las siguientes letras:

-T S H E S S T Y M J S B R J S K N

Bueno, son las 11 50 de la noche, y haré mi primera pregunta

Hay una chava de me gusta de la universidad, me gustaría que me dijeras su signo zodiacal. (La tabla trae en las orillas símbolos de los signos zodiacales).

Después de 2 minutos el vaso de cristal empieza a vibrar, y algunos segundos después se mueve estrepitosamente hacia la letra “I”.

Marca las siguientes letras

-I T S D O M I N S

Nota: al analizar con detalle las letras que marcó, pude haber tenido errores, ya que el vaso de cristal era muy amplio, y pudo marcar letras que no iban. Lo anterior puede ser ITSCOMING o it’s coming, que en español es como “ahí viene”.

Le hago otra pregunta
¿Existe algo en esta habitación que impida que me hagas llegar mi respuesta?

2 minutos después marca las siguientes letras

-H E L O E T H E R

-I S T D OM I N S

Nota: Las primeras letras que marcó, analizando el material, las interpreto como HELLOFATHER, o Hello Father, que en españoles “Hola Padre”. Después exactamente las mismas letras que al principio, “ahí viene”.

Hago otra pregunta

Tengo un problema en el trabajo, ¿me podrías decir el nombre de la persona que le cambia la contraseña a mi Usuario de Compaq?

La tabla responde algo realmente perturbador, que en el momento no me dí cuenta.

-B R O K N B R O K E N I W L B U R N T H E M E A T F R O M Y O U R B O N E S B O N E S

Nota: cabe destacar que para este momento, el vaso de cristal pareciera tener vida propia, había veces que yo tenía dificultades para agarrarlo, y anotar las letras.

Interpreté lo siguiente:

“Broken Broken I Will Burnt The Meat From Your Bones Bones”

“Roto Roto Yo Voy a Quemar la Carne de Tus Huesos Huesos”

Dada la violencia de la última respuesta, opté por cerrar la sesión con la típica frase: “se da por terminada la sesión”, no sin antes lograr obtener una última respuesta:

-J O I N A L I V E

Interpretación: Join Alive, que en español es: unirse estar vivo

Son las 12 30 de la madrugada, y doy por terminada la primera sesión con la Guija.

Conclusión:

Lo que me ocurrió con esta primera experiencia, es, en mi opinión, gracias a lo que denominado acción ideo-motriz, que me hizo revivir ideas y frases que tenía en mi mente durante la sesión.

Además me enteré, gracias a fuentes cercanas, que el instrumento, para asegurar su efectividad esotérica, debe estar curado. Con curado, se refiere a que debe tener una especie de preparación. Y para eso, se necesita hacer lo siguiente:

Se debe colocar la tabla, las cartas o el instrumento deseado, durante una noche, a la luz de la luna llena, junto con un vaso con agua.

Al amanecer, solo debe tirarse el agua en una planta que no sea de maceta y ya.

Al parecer es algo muy sencillo de realizar, considerando que mañana 14 de mayo será noche de luna llena.

Aprovecharé para curar igualmente otros amuletos de gran valor, y los invito a que ustedes igualmente lo hagan. Jua jua jua…

Hasta la próxima, y no se pierdan esta serie de documentos, que en un futuro enriqueceré con fotos, videos y más material.



Eisenheim68

miércoles, 26 de marzo de 2014

Mi Primera vez



Mi primera vez.

Era una mujer alta, delgada, con una gran cabellera negra y rizada, tez blanca y labios rojos. No tenía más de veinticinco años; Sus grandes ojos de gato amenazaban la integridad moral de cada hombre que se topaba con ellos. Era una gitana, una bruja en cuyos encantos caí abruptamente, para nunca jamás volver a levantarme.

La vi por primera vez mientras visitaba unas oficinas de una prestigiosa empresa productora de bebidas espirituosas. Estaba allí por mandato del despacho en donde trabajaba, con el objetivo de entregar información financiera. Era la primera vez que salía de las puertas de mi oficina, la primera vez que visitaba una empresa como externo. Recuerdo que salí temeroso del metro en busca del camión que me dejara en las puertas de las oficinas.

Bajé del camión, y vislumbré cuidadosamente cada una de las fachadas de los edificios, para esperar encontrar una que encajara en la descripción que me dieron en el despacho. Allí fue cuando mi mirada se topó con un par de redondas mejillas, que estaban rebotando apretadas en la fina tela de una pequeña falda color negro que le llegaba a las rodillas. Bajé cuidadosamente la mirada para saborear el contorno perfecto de unas extremidades blancas y firmes como si de marfil se tratara; y terminé el deleite con la figura perfecta de los tobillos,  que luciendo unos elegantes y altos tacones, caminaban con firmeza, clase, y sobre todo destreza en las abruptas banquetas llenas de hoyos y obstáculos.

Mi distracción fue tal que tropecé con uno de las grietas de la banqueta. Apenas alcancé a meter las manos, que quedaron rojas y repletas de piedritas y vidrios que estaban esparcidos en la calle. Llevaba unas carpetas y sobres que salieron volando hasta el paso de los automóviles, donde fueron arrollados varias veces.

Una señora que vendía tortas de tamal me ayudó a levantarme y a recoger los papeles, que ahora carecían de importancia, como cualquier otra cosa en el mundo; ahora que había visto a la creación más perfecta de dios, alejándose poco a poco para perderse en el horizonte.

Estaba casi llorando, y no era gracias a mis manos y rodillas rojas e inflamadas, sino a la impotencia de no poder mancillar a mi reciente amor platónico.

Tenía que alcanzarla, pero soy una persona responsable, con eventos calendarizados que cumplir. Solo me quedaba una cosa. Rezar para que el universo, en su infinito caos, hiciera que me topara con mi destino, mi destino sin nombre. Lo malo es que considerando lo que tenía en mente, estaba seguro de que una deidad positiva no era lo que iba a escuchar mis plegarias...

Caminé hasta las oficinas, en donde me recibieron, no sin antes barrer por completo la imagen en la que me presentaba. Las suelas de mis zapatos estaban despegadas, los pantalones rotos, el saco mojado por sudor, despeinado y con los papeles en desorden.

Entré a las oficinas e hice lo que tenía que hacer. Saludé a uno que otro colega contador, me tomé mi tiempo para ordenar los papeles, deseché lo que ya no servía, y arreglé unos archivos electrónicos para entregárselos a la persona indicada. Por más que tengas tu vida planeada, siempre tienes que saber improvisar, ya que las cosas siempre cambian. Lo peor era que yo esperaba que mis planes fallaran, que esta vez la vida me sorprenda con mi deseo.

Llegó la hora de comer, y mis colegas salieron a un puesto de tacos de guisado. Yo tenía hambre, pero cualquier manjar que coma no iba a saciar la sed de mi alma. Les dije que los alcanzaba más tarde.

Entré a los baños  exclusivos de la empresa a ver mis rodillas y en general hacer un informe de los daños recibidos durante la caída. La sangre se había coagulado haciendo que mi pantalón se pegara a mi piel, y mis manos exhibían hematomas en la parte baja de mis palmas. Curé y cauterice lo que pude, y después salí del baño.

Al salir me encontré con ella.

Estaba saliendo de las oficinas de marketing. Mi reacción al verla fue tal, que ella no pudo evitar voltear a verme. Me miró a los ojos.

Fue en ese momento que me hipnotizó, como si ella fuera una flauta y yo una serpiente buscando danzar con la melodía dórica. Tenía que pensar. Tenía que dejar de verla, ya que si lo seguía haciendo, comenzaría a fantasear, y con ella no podía quedarse en una simple fantasía, mi cuerpo tenía que vivir esa experiencia con ella, pero no quería ahuyentarla con mi obsesión sicótica.

Pero parece que alguien allí afuera había escuchado mis plegarias. La mujer cuyo nombre aún no sabía comenzó a caminar hacia mí. Un escalofrío invadió mi cuerpo, un tic se apoderaba de mi pierna izquierda, como si de un perro invadido por el placer de un masaje se tratara. Ella notó mi evidente nerviosismo y simplemente paso a mi lado, para entrar al baño de mujeres. Pude percibir su olor por la brisa que movió su abundante cabello.

Escuché la puerta cerrar.

El destino había puesto todas las piezas a mi favor, y yo la había desaprovechado. Aún no estaba terminado. Cuando saliera del baño la iba a detener para hablar con ella; pero ¿Qué iba a decirle?

Espere ocho largos minutos parado afuera de la puerta del baño de mujeres, y no salía. Hay veces que el tiempo es un enemigo, porque debilita la voluntad al tomar decisiones.

En ese momento decidí parar el tiempo y convertirme en un hombre, para la mujer dentro de ese baño. No tenía nada que perder, todos estaban afuera comiendo; en edificio era de nosotros dos.

Pasaron dos minutos y decidí entrar. Ella estaba viéndome a través del largo espejo del baño. Caminé hacia ella, y ella me miraba temerosa pero fiera. Estábamos dejándonos llevar por los papeles que en los cuales la vida nos había puesto en ese momento.

Nos besamos.

Con mis brazos me amarré de su cintura, y la acerqué a mi cuerpo. El satín de su falda rozaba conmigo de forma placentera.

Comencé a besar su cuello. Ella jalaba mi cabello de forma tierna y apasionada, se aferraba a mis hombros y a mi espalda.

Dejándome llevar por mi instinto la cargué, y la azoté contra la pared, protegiendo con mis manos su cabeza. Ella se dejó cargar. Sentía sus tacones en mis nalgas.

Poco a poco nos fuimos dirigiendo hacia un cubículo del baño. Una vez dentro destrocé su saco. Se escucharon los tres botones caer al piso frío. Su blusa blanca y húmeda estaba entre abierta. El hedor era exquisito. Fui desabrochando poco a poco su blusa, mientras hundía mi nariz en el par de senos más glorioso con el que me haya topado en mi corta vida. Trataba de ser delicado, pero el chimpancé dentro de mí no me lo permitía. Sus pezones me transmitían electricidad pura. Ella estaba híper ventilando, emitiendo sollozos ahogados, yo no podía escuchar mi respiración, estaba deleitándome con el hedor de un caluroso y bochornoso día de trabajo; no podía esperar a bajar a sus pies.

Sin embargo no contábamos con tiempo para extender el momento de placer y degustación, por lo que tuvimos que ceder a los impulsos de nuestros cuerpos.

Ella me quitó la camisa, y desabrochó mi pantalón, se asomaba una protuberancia de hierro, a punto de explorar. Ni ella ni yo podíamos esperar más. El coito comenzó.

Comencé a bombear y ella a bailar a mi ritmo, al ritmo de “This is love” de “Whitesnake” o de cualquier canción romántica ochentena. Si, puedo recordar estar tarareando en mi mente esa canción.

Sentía sus pies desnudos en mis pantorrillas, y su vientre chocar con el mío. Ella rasguñaba mis nalgas y mi espalda baja, dejando marcas al rojo vivo, y pellejos de piel por doquier, No existe otra palabra más que electrizante. Cada moviendo producía una recarga de electricidad en ambos. Yo la tocaba con mis manos rugosas por la caída, y ella se derretía en descargas eléctricas, yo la sentía, húmeda, palpitante, “succionante”. Podía sentir su calor, como si se tratara de champaña vertida en el mismísimo Santo Grial.

Pronto el ritmo comenzó a aumentar. Podía escuchar el tilinteo de las piezas de cerámica de la taza en donde estábamos postrados. Perdía el control del suelo, y escuchaba el rechinar de las suelas rotas de mis zapatos con el resbaloso piso del baño. Mis brazos estaban a punto de rendirse, entumidos por ser el único soporte a toda la magia que estaba ocurriendo. Yo solo quería estar cada vez más dentro de ella. Allí sentí una especie de roncha, o pliegue, que rozaba con la parte superior de mi glande. Me aferré de ella, y comencé a bombear al ritmo de la batería de Dave Lombardo como un ángel de la muerte.

Sentía su palpitar, su calor y humedad. Ella temblaba como si de escalofríos se trataran. Ambos escupíamos nuestro aliento a nuestras caras, ella seguía con su mirada fiera, pero ahora sin temor. Me iba guiando con cada pulsación de su cuerpo al final de esta canción, a lo más alto de la escalera al orgasmo. Y entonces explotamos.
Ella me apretó y me aferró a su cuerpo, sentí los músculos de sus piernas tensarse, sus huesos se aferraron a mi cintura. Yo aunque carecía de espacio, no podía dejar de bombear, y de escupir fluidos, caldo que forja la vida.

El orgasmo se extendió más de lo debido. Ella me succionaba, me secaba, y yo sentía mi abdomen y entrepierna mojados por  los fluidos de ambos. El segundo orgasmo me derrotó, caí sobre de ella, mientras mi cuerpo temblaba por la implosión; ella seguía en trance transmitiéndome descargas, pero yo ya no respondía, yo besaba su cuello y su lengua, estaba cansado y fatigado. Ella seguía frotando sus piernas con mis nalgas, y continuaba masajeándome la espalda. Pronto se fue calmando, y comenzamos a besarnos.

No sabíamos cuando había durado aquello, pero el miedo y la incertidumbre nos trajo al mundo real nuevamente.

Esa cucharada de realidad me hizo darme cuenta que una mujer como ella jamás podría ser solamente mía, seguramente tenía a un hombre que la esperaba allá afuera, un hombre que quizá monetariamente le puede dar la vida que yo no podría. Ese momento incómodo en el que una parte no quiere engancharse, no quiere depender de alguien, o que dependan de uno.

Yo había encontrado a la mujer de mi vida; ella… no puedo leer su mente. Pero quizá en otro tiempo y en otras circunstancias pueda ser el hombre que ella necesita. Esa es la lección que aprendí. Los dioses no me pusieron la mano ganadora, solo me mostraron las cartas que me faltaban, lo que tenía que poner yo.

En fin, así fue la primera vez que representé a mi despacho en una empresa exterior.

Eisenheim68

jueves, 13 de marzo de 2014

Chromatic Lobotomii II, Cáncer



Chromatic Lobotomii II, Cáncer

Y de nuevo me encuentro sentado frente a una máquina, una maquina de guerra, un artefacto sangriento. Algo que no me puedo comer, algo que nadie ni nada puede procesar. Oh sí. Hay cosas que nadie nos enseña, hay cosas con las cuales nacemos, ¿será la lógica?, ¿el sentido común? Yo creo que tiene que ver con el sentido. Nadie nos enseña a ver (aprendemos a mirar), nadie nos enseña a oír (aprendemos a escuchar), nadie nos enseña a respirar, nadie nos enseña a morir (aprendemos a destruir).

¿En qué nos quedamos la vez pasada? Claro, la guerra.

Hace poco, platicando lúcidamente con algunos de mis más grandes amigos, se toco el tema de la creatividad.

Todo el mundo tiene su propia versión de la creatividad, pero yo pienso que la creatividad es el reflejo de Dios, un vestigio de nuestro pasado como dioses, como creadores. La creatividad es la capacidad de crear cosas. Ninguna deidad pudo crear cosas de la nada. Hasta Dios necesito arcilla para crear a un hombre, y necesito a un hombre para crear a una mujer.

Dejando a un lado las cosas bíblicas, llenas de polémica y sumamente inflamables, vámonos por las definiciones que un estudiante de una carrera administrativa sabe y aplica.

Generalmente te enseñan a ser creativo, y como líder, a respetar y valorar a la creatividad. Se dice mucho que estamos en los años de la creatividad, del “Capital Intelectual”, por eso, “se necesitan crear espacios para propiciarla”, y eliminar todo aquello que bloquea la fluidez de ideas, la flexibilidad de aprendizaje, la abstracción y síntesis de conceptos y la sensibilidad ante los nuevos retos. Wow, acabo de tener un deja vu, ¿ustedes no?

La creatividad ayuda a las empresas en cualquier aspecto. En el aspecto administrativo, a crear estrategias competitivas para moverse dentro de sectores industriales; mercadológicamente, a penetrar en los nichos de mercado. La creatividad ayuda a resolver problemas, y si encuentras solución a un problema que tenga un conjunto de personas en común; allí tienes un producto estrella, listo para venderse y generar superávit.

Dicen que para propiciar la creatividad se necesitan paredes blancas, libertad social, eliminar las rutinas, etc., etc. Yo la verdad no pienso desmentir miles y miles de libros, personas, diplomados, cursos y campañas que tocan y desarrollan el tema de la creatividad, pero me gustaría tocar el punto más puro, la chispa que comienza el asunto. Yo pienso que el espacio adecuado para propiciar la creatividad es lo que me gusta llamar “La línea de la muerte”.

La línea de la muerte es el umbral, en el que te das cuenta, que estás a escasos momentos de morir. Como acabo de escribir, es un umbral, como el umbral del dolor, como el umbral de colores que el ojo humano puede percibir o el umbral de sonidos.

No todas las personas percibimos de la misma manera la línea de la muerte. Es algo muy relativo. Cada persona tiene su forma de pasar sus “momentos”, y en un nivel muy superior, de entender la “muerte”.

Como para usted o para mí un momento puede ser el tiempo en el que usted lee o yo escribo esta entrada; como para otra persona puede ser etapas enteras de su vida, como su niñez, su etapa universitaria, su vida de soltero, de casado, su vejez, etc.

La muerte. He escuchado a personas expresar que el día que comiencen a trabajar y se vendan al sistema será como morirse; cuando un muchacho descubre que su novia o amiga está esperando un descendiente de él. Cuando una madre descubre que su único hijo tiene una enfermedad terminal, o se va a casar. Realmente una persona metafóricamente muere cada vez que su vida sufre un cambio muy drástico. En estos momentos, que me gusta valorar como si de oro se tratara, es cuando la creatividad tiene más potencia que nunca, como un orgasmo que chorrea grandeza y cambios.

Toda creación es reflejo de una necesidad; me tardé algunos años en entender cuál es la necesidad humana primordial.

Si usted ve la tele, lee los periódicos, estudia la historia de la humanidad, o simplemente se fija en las tendencias de entretenimiento actuales, sería una epiléptica y vegetativa gilipollez del calibre de una Miss universo creer que los seres humanos buscamos paz. De igual forma, no creo que lo que busquemos sea la guerra, el conflicto. La mayoría de las personas evaden estos. No, no buscamos nada de esta dualidad paz – guerra; lo que buscamos es simple y plebeya comodidad.

El ejemplo perfecto es el nacimiento de los perros.

Hay muchas historias, pero yo me sé esta: había una raza de lobos salvajes que se toparon con un grupo de homo sapiens; unos simios muy singulares. En lugar de cazarlos, por comodidad se dejaron domesticar, y trabajaron en equipo para dar a lugar  a la actual relación ganar – ganar, y merecerse título del “Mejor amigo del hombre”. Para mí esto es un acto de suma creatividad; ¿quién dijo que la creatividad es una virtud humana?

De igual forma, el sistema entero en el que vivimos, que comenzó a forjarse desde etapas prehistóricas de la misma humanidad, no busca otra cosa más que la comodidad, tu comodidad. La comodidad que le otorga a usted el hecho de poder ganarse la vida sentadito en su oficina ocho horas, y poder ir a comprar a la tienda sus alimentos para poder comer tres veces al día, mantener los deseos materiales de su mujer, e igual mantenerse usted sano para satisfacer los deseos sexuales de la misma; en lugar de tener que salir a las calles y cazar a animales de especies distintas; o a tener que competir con otros por comida, por carroña e inclusive, por su propia hembra.

Imagínese vivir en ese mundo, o en el mundo en el cuál usted pudo haber sido un esclavo, en el cuál es mantenido por un señor feudal, que por el simple hecho de poseer un feudo tiene el derecho de tomar su libertad, y hacer con ella lo que desee. En este tiempo tendría que estar sano, a su amo le conviene tener bien “aceitaditas y lubricaditas” las piezas de su maquinaria. Por lo menos sabe que no morirá de hambre ni de enfermedad. Su mayor aspiración sería no envejecer, ya que si no rinde lo mismo que sus compañeros esclavos, lo desecharán, y quizá termine como comida para perros. Tampoco puede aspirar a tener una mujer, ni descendencia, y si la tiene, estará condenado a su hijo a ser esclavo igual que usted, desde la edad en que comience a caminar.

Por comodidad lo anterior ha terminado.

Ahora tenemos el lujo de la libertad, hemos forjado al sistema para por lo menos tener la libertad de vender nuestro esfuerzo a quien nosotros queramos, y decidir como hacerlo.

Parece ser que por comodidad, estamos pensando en darle cuello a esa libertad.

Si estudias el pasado y analizas la historia de la humanidad, podrás darte una idea del futuro que quizá usted ya no vea, pero que sus nietos sufrirán al rojo vivo.

Oh dios mío, ¿A dónde llegaremos?

Estamos en la época de defender la vida. Desde derechos humanos, hasta leyes que protegen a los animales. Intentamos cuidar nuestros bosques, a las plantas, pero de cualquier forma al final no podríamos vivir sin consumirlas. Protegemos a nuestros niños, crecen blanquitos y flaquitos o gorditos. ¿Para qué? Para que cuando sean adultos sean unos buenos para nada, para que cuando sean adultos sean devorados por alguien más, o por ellos mismos.

No creo que estemos defendiendo a la vida. La vida sabe como defenderse. La vida se debe defender y cuidar como si se tratara de un gran amigo, de esa familia que no escoges. A esos amigos que no intentas cambiar, que sabes como son, y simplemente estás allí como soporte, estas allí para ver en que puedes ayudar. A la vida no hay que defenderla, a la vida hay que matarla. Porque la vida no es vida sin la muerte. Algo que nunca muere no es vida, es Cáncer.



… Continuará en Chromatic Lobotomii III: Humanidad


viernes, 31 de enero de 2014

Chromatic Lobotomii I: Infinito

Chromatic Lobotomii I: Infinito

Y de nuevo me encuentro sentado frente a una máquina, una maquina de guerra, un artefacto sangriento. Algo que no me puedo comer, algo que nadie ni nada puede procesar. Oh sí. Hay cosas que nadie nos enseña, hay cosas con las cuales nacemos, ¿será la lógica?, ¿el sentido común? Yo creo que tiene que ver con el sentido. Nadie nos enseña a ver (aprendemos a mirar), nadie nos enseña a oír (aprendemos a escuchar), nadie nos enseña a respirar, nadie nos enseña a morir (aprendemos a destruir).

Cada vez que echo una mirada al exterior, me encuentro con que mucha gente está inconforme. A nadie le gusta ser pobre; a nadie le gusta ser subordinado de alguien más; a nadie le gusta quedarse con las ganas de saciar su naturaleza animal. ¿Cómo llegamos a esto?

A mi se me hacía muy fácil criticar a la gente inconforme. La justificación perfecta era que su mediocridad los llevaba a no poder realizar sus deseos. Si, el mundo está lleno de gente mediocre, de borregos. Wilfrido Pareto me ayudará a resumirlo todo: el 80 por ciento de la población existe como sostén del otro 20 por ciento; y estos últimos son los que mueven al mundo, los que deciden. De la misma manera está repartida la riqueza. Pero, ¿Qué reglas seguimos?, ¿Quién decide?

Desde pequeño, en mi casa me inculcaron una combinación de valores, que pienso son alternativos. Por un lado, las enseñanzas católicas, valores bíblicos; y por el otro, aptitudes de supervivencia, valores empresariales.

Un día le dije a mi madre que yo quería ser arquitecto, sin embargo, apenas sabía dibujar; mis trazos eran garabatos prehistóricos, frente a las obras maestras de ciertos compañeros de clases. A mi me gustaba dibujar una versión propia de las aventuras de un clásico de los videojuegos; de Crash Bandicoot. Lo dibujaba peleando contra los enemigos típicos del videojuego, y a veces dejaba volar mi imaginación para que se enfrentara a otros enemigos extraterrestres, demonios antiguos o dioses Aztecas depravados. Era perfecto, hasta que llegaba otro compañero más talentoso que yo a presumir sus obras maestras.

A diferencia de mi, él había creado la totalidad de sus personajes. Todos con nombre y apellidos, además de dibujar con gran detalle los paisajes en los que se desenvolvían. En la clase de dibujo yo era el segundo lugar. Y si hubiera decidido ser arquitecto, seguramente de entre todas las personas del planeta, habría uno arriba de mí.

Mi madre me dijo esa noche que el Espíritu Santo nos daba dones, y que todos los humanos, como somos hijos a imagen y semejanza de Dios, éramos capaces de realizar las mismas cosas. En pocas palabras yo era capaz de ser lo que yo quiera, tenia las herramientas para ello.

Sin embargo, siempre me encontraba con contradicciones.

En mi casa me enseñaron a no juzgar el bien y el mal de las personas, esa tarea estaba reservada para Dios al final de los tiempos. En la escuela no me dejaban hacer amistad con algunos compañeros por su mala influencia.

Un compañero del trabajo me sigue mucho, ¿qué podría interesarle de mí?, ¿qué tenía yo que ofrecerle a este tipo?

Con el tiempo descubrí que era una especie de ídolo para él. Se necesita mucha vanidad para afirmar algo así hoy en día; sin embargo puedo asegurar que es verdad.

Un día este tipo me dio la pauta para sacar mi conclusión. Platicando me dijo que su sueño era ser luchador profesional, y que si tuviera mi estatura lo hubiera logrado. Al parecer el era hijo de un dios de 1.70 y yo de uno de dos metros.

¿Que acaso no deberíamos tener los mismos dones, el la capacidad completa de lograr su sueño de ser luchador, y yo en su momento la capacidad para ser un arquitecto?

Existen muchos factores, una serie de probabilidades infinitas pero limitadas, que definen nuestro ser. A la mierda el Espíritu Santo y los dones de Dios, lo que nos define es el Caos.

Existía la probabilidad de haber nacido en un país como Corea o China, en donde no podría dar rienda a mi libertad. Mi amigo del trabajo pudo haber nacido un poco más alto, de no ser por milésimas de milésimas de segundo en la configuración de sus caracteres, haber agarrado el gen necesario para ser un poco más alto; de algún antepasado suyo.

La vida es azar, es caos para el 80 por ciento; y es destino, oportunidades para el otro 20 por ciento. Sin embargo nada es seguro.

Hoy la vida es como un juego de Turista. Si alguna vez te haz dado la oportunidad de jugarlo, tendrás que reconocer que es puramente revelador.

El que ganes o pierdas depende de dos dados que caerán dentro una infinita, pero limitada serie de probabilidades. Infinita por el universo, y limitada por dos dados; limitada por ti.

Es triste cuando pierdes. Peor cuando pierdes el juego de la vida.

Por un lado estas tú, limitado. Por otro lado, está todo lo demás, infinito.

El infinito es una fuerza, como el agua que corre por el cauce de un río, parece ser que tiene una dirección. Si tu objetivo va con la dirección el río, no habrá problemas. El único problema con lo anterior, es que el objetivo de todo es morir, y nadie quiere eso. Siempre vamos contra el río, hacia el comienzo, utilizando todas nuestras fuerzas. Todas las posibles.

¿Cómo llegamos a ser lo que somos hoy?

Le haré una pregunta que alguna vez un maestro (sin exagerar sus credenciales), en la escuela nos aplicó a mí y a mis compañeros.

¿Qué se necesita para tener un negocio?

a)      Un producto
b)      Capital
c)      Clientes
d)      Sistemas adecuados que permitan una competencia libre y justa, así como facilidades a la hora de ingresar a los mercados.

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La respuesta es la letra c, por supuesto.

Un negocio triunfa si tiene demanda. Y ¿cuál es la demanda más grande de la humanidad?

Regresemos a la metáfora del río y a la situación mía y de mi compañero del trabajo. Un cause de un río furioso nos impidió llegar a nuestras metas. No fue culpa del rió, ya que este depende del azar, del caos, para cambiar. Pudo haber sido que de pronto se haya puesto de moda que los luchadores midieran a lo mucho un metro con sesenta y cinco centímetros. Mi amigo hubiera aprovechado esa oportunidad, ese tiro de dados para hacer realidad su sueño. Mi compañero de primero de primaria, quizá en un accidente hubiera perdido sus manos.

Sin embargo no fue así. El río siempre corrió con la misma fuerza. Solo pudimos haber cambiado nosotros. De algún lugar haber tomado la fuerza necesaria para encarar al río. He allí la demanda. Todos necesitamos fuerza para enfrentar a todo lo demás. A cualquier costo para evitar la entropía natural del carbón.

Lo anterior es la justificación de la supervivencia, la competencia. Lo anterior es la justificación de la guerra.


Continuará…