lunes, 16 de enero de 2017

¿Qué día la verdad estará de tu lado?



¿Qué día la verdad estará de tu lado?

Empieza con la descripción de la rutina diaria. Suena la alarma. Te preguntas cuando realmente uno revive del sueño, ya que, viendo en retrospectiva, siempre sabes cuándo sonará la alarma; siempre te preparas desde unos minutos antes para recibir el apesadumbrado chillido de tu teléfono celular.

Ocurre exactamente lo que esperas que ocurra. Solo que esta vez no despiertas.

Sigues dormido. siendo presente de tu cuerpo, que negligentemente, no quiere despertarse.

Tu perro abre la puerta de tu recámara. Entra, se echa al lado de tu cuerpo, y éste último se hace a un lado para que entren los dos en la cama. El perro es cómplice de tu negligencia.

Sabes la mentira. Te convences de que no vale la pena seguir despierto, no vale la pena la sensación somnolienta de una madrugada fría. Tú lo sabes, tu perro lo sabe. Pero lejos, muy lejos de ti se encuentra un ser, un visitante que a veces, solo para alardear, invitas a tu santuario, y le sirves chocolate caliente con bombones para que no sea tan cruel. Sí señor, la alarma no funcionó, pero tu viejo amigo “La verdad”, viene con sus molestias. Molestias que, a pesar de ser perpetuas en estos últimos días, nunca empiezan a ser típicas. Es decir, a la verdad se le hace caso, porque la principal consecuencia de no hacerlo, es ser prisionero de lo que sea a que le pongas pretexto.

Debate con la verdad, aunque siempre pierdas, quizá aprendas algo.

La crudeza de la verdad es dolorosa, y la verdad en estos momentos es que eres un huevón; siempre lo has sido. Sabes que, si levantas a tu perro, esté se adaptará con gusto a lo que sea que hagas, o simplemente se irá a dormir a otro lado. Lo sabes todo desde el momento en que fuiste concebido. Lo que no sabes, nunca lo sabrás, simplemente porque no estás destinado a saberlo. La genética es la memoria milenaria de la realidad.

Sabes lo que debes hacer. Debes encarar a la verdad, y dejar de ser un cobarde. Tienes en tus manos la llave para la revolución. Úsalas y vuela. Cuestiónate y encuentra el significado y las raíces. No te creas lo que dices hasta que te digas la verdad.

El problema es que sigues sin despertar. Tu cuerpo yace sin vida en la realidad. 

Te ha alcanzado la verdad.