Chromatic Lobotomii II, Cáncer
Y de nuevo me encuentro sentado frente a una
máquina, una maquina de guerra, un artefacto sangriento. Algo que no me puedo
comer, algo que nadie ni nada puede procesar. Oh sí. Hay cosas que nadie nos
enseña, hay cosas con las cuales nacemos, ¿será la lógica?, ¿el sentido común?
Yo creo que tiene que ver con el sentido. Nadie nos enseña a ver (aprendemos a
mirar), nadie nos enseña a oír (aprendemos a escuchar), nadie nos enseña a
respirar, nadie nos enseña a morir (aprendemos a destruir).
¿En qué nos quedamos la vez pasada? Claro, la
guerra.
Hace poco, platicando lúcidamente con algunos
de mis más grandes amigos, se toco el tema de la creatividad.
Todo el mundo tiene su propia versión de la
creatividad, pero yo pienso que la creatividad es el reflejo de Dios, un
vestigio de nuestro pasado como dioses, como creadores. La creatividad es la
capacidad de crear cosas. Ninguna deidad pudo crear cosas de la nada. Hasta
Dios necesito arcilla para crear a un hombre, y necesito a un hombre para crear
a una mujer.
Dejando a un lado las cosas bíblicas, llenas de
polémica y sumamente inflamables, vámonos por las definiciones que un
estudiante de una carrera administrativa sabe y aplica.
Generalmente te enseñan a ser creativo, y como
líder, a respetar y valorar a la creatividad. Se dice mucho que estamos en los
años de la creatividad, del “Capital Intelectual”, por eso, “se necesitan crear
espacios para propiciarla”, y eliminar todo aquello que bloquea la fluidez de
ideas, la flexibilidad de aprendizaje, la abstracción y síntesis de conceptos y
la sensibilidad ante los nuevos retos. Wow, acabo de tener un deja vu, ¿ustedes
no?
La creatividad ayuda a las empresas en
cualquier aspecto. En el aspecto administrativo, a crear estrategias competitivas
para moverse dentro de sectores industriales; mercadológicamente, a penetrar en
los nichos de mercado. La creatividad ayuda a resolver problemas, y si
encuentras solución a un problema que tenga un conjunto de personas en común;
allí tienes un producto estrella, listo para venderse y generar superávit.
Dicen que para propiciar la creatividad se
necesitan paredes blancas, libertad social, eliminar las rutinas, etc., etc. Yo
la verdad no pienso desmentir miles y miles de libros, personas, diplomados,
cursos y campañas que tocan y desarrollan el tema de la creatividad, pero me
gustaría tocar el punto más puro, la chispa que comienza el asunto. Yo pienso
que el espacio adecuado para propiciar la creatividad es lo que me gusta llamar
“La línea de la muerte”.
La línea de la muerte es el umbral, en el que
te das cuenta, que estás a escasos momentos de morir. Como acabo de escribir,
es un umbral, como el umbral del dolor, como el umbral de colores que el ojo
humano puede percibir o el umbral de sonidos.
No todas las personas percibimos de la misma
manera la línea de la muerte. Es algo muy relativo. Cada persona tiene su forma
de pasar sus “momentos”, y en un nivel muy superior, de entender la “muerte”.
Como para usted o para mí un momento puede ser
el tiempo en el que usted lee o yo escribo esta entrada; como para otra persona
puede ser etapas enteras de su vida, como su niñez, su etapa universitaria, su
vida de soltero, de casado, su vejez, etc.
La muerte. He escuchado a personas expresar que
el día que comiencen a trabajar y se vendan al sistema será como morirse;
cuando un muchacho descubre que su novia o amiga está esperando un descendiente
de él. Cuando una madre descubre que su único hijo tiene una enfermedad
terminal, o se va a casar. Realmente una persona metafóricamente muere cada vez
que su vida sufre un cambio muy drástico. En estos momentos, que me gusta
valorar como si de oro se tratara, es cuando la creatividad tiene más potencia
que nunca, como un orgasmo que chorrea grandeza y cambios.
Toda creación es reflejo de una necesidad; me
tardé algunos años en entender cuál es la necesidad humana primordial.
Si usted ve la tele, lee los periódicos,
estudia la historia de la humanidad, o simplemente se fija en las tendencias de
entretenimiento actuales, sería una epiléptica y vegetativa gilipollez del
calibre de una Miss universo creer que los seres humanos buscamos paz. De igual
forma, no creo que lo que busquemos sea la guerra, el conflicto. La mayoría de
las personas evaden estos. No, no buscamos nada de esta dualidad paz – guerra;
lo que buscamos es simple y plebeya comodidad.
El ejemplo perfecto es el nacimiento de los
perros.
Hay muchas historias, pero yo me sé esta: había
una raza de lobos salvajes que se toparon con un grupo de homo sapiens; unos
simios muy singulares. En lugar de cazarlos, por comodidad se dejaron
domesticar, y trabajaron en equipo para dar a lugar a la actual relación ganar – ganar, y
merecerse título del “Mejor amigo del hombre”. Para mí esto es un acto de suma
creatividad; ¿quién dijo que la creatividad es una virtud humana?
De igual forma, el sistema entero en el que
vivimos, que comenzó a forjarse desde etapas prehistóricas de la misma
humanidad, no busca otra cosa más que la comodidad, tu comodidad. La comodidad
que le otorga a usted el hecho de poder ganarse la vida sentadito en su oficina
ocho horas, y poder ir a comprar a la tienda sus alimentos para poder comer
tres veces al día, mantener los deseos materiales de su mujer, e igual
mantenerse usted sano para satisfacer los deseos sexuales de la misma; en lugar
de tener que salir a las calles y cazar a animales de especies distintas; o a
tener que competir con otros por comida, por carroña e inclusive, por su propia
hembra.
Imagínese vivir en ese mundo, o en el mundo en
el cuál usted pudo haber sido un esclavo, en el cuál es mantenido por un señor
feudal, que por el simple hecho de poseer un feudo tiene el derecho de tomar su
libertad, y hacer con ella lo que desee. En este tiempo tendría que estar sano,
a su amo le conviene tener bien “aceitaditas y lubricaditas” las piezas de su
maquinaria. Por lo menos sabe que no morirá de hambre ni de enfermedad. Su
mayor aspiración sería no envejecer, ya que si no rinde lo mismo que sus
compañeros esclavos, lo desecharán, y quizá termine como comida para perros.
Tampoco puede aspirar a tener una mujer, ni descendencia, y si la tiene, estará
condenado a su hijo a ser esclavo igual que usted, desde la edad en que
comience a caminar.
Por comodidad lo anterior ha terminado.
Ahora tenemos el lujo de la libertad, hemos
forjado al sistema para por lo menos tener la libertad de vender nuestro
esfuerzo a quien nosotros queramos, y decidir como hacerlo.
Parece ser que por comodidad, estamos pensando
en darle cuello a esa libertad.
Si estudias el pasado y analizas la historia de
la humanidad, podrás darte una idea del futuro que quizá usted ya no vea, pero
que sus nietos sufrirán al rojo vivo.
Oh dios mío, ¿A dónde llegaremos?
Estamos en la época de defender la vida. Desde
derechos humanos, hasta leyes que protegen a los animales. Intentamos cuidar
nuestros bosques, a las plantas, pero de cualquier forma al final no podríamos
vivir sin consumirlas. Protegemos a nuestros niños, crecen blanquitos y
flaquitos o gorditos. ¿Para qué? Para que cuando sean adultos sean unos buenos
para nada, para que cuando sean adultos sean devorados por alguien más, o por
ellos mismos.
No creo que estemos defendiendo a la vida. La vida
sabe como defenderse. La vida se debe defender y cuidar como si se tratara de
un gran amigo, de esa familia que no escoges. A esos amigos que no intentas
cambiar, que sabes como son, y simplemente estás allí como soporte, estas allí
para ver en que puedes ayudar. A la vida no hay que defenderla, a la vida hay
que matarla. Porque la vida no es vida sin la muerte. Algo que nunca muere no
es vida, es Cáncer.
… Continuará en Chromatic Lobotomii III:
Humanidad
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